LA EXPERIENCIA DE LOS EJERCICIOS ESPIRITUALES
Un método de San Ignacio de Loyola que continúa hoy transformando vidas
La experiencia de los Ejercicios Espirituales
Un método de San Ignacio de Loyola que continúa hoy transformando vidas

Los Ejercicios Espirituales son el fruto de la experiencia espiritual que vivió S. Ignacio de Loyola en su proceso de conversión y de encuentro con Jesucristo. Dios le inspiró el deseo de escribir este método de oración, porque vio cómo le ayudó a él y ayudó a otros muchos que lo practicaron. Decía Ignacio de los Ejercicios: “Son todo lo mejor que en esta vida se puede pensar, sentir, entender”

Este método que San Ignacio plasmó en el Libro de los Ejercicios Espirituales ha ayudado a lo largo de estos 400 años a innumerables hombres y mujeres a encontrar su lugar en el mundo como testigos del Dios vivo, siendo verdaderos apóstoles y misioneros.

Los Ejercicios de San Ignacio siguen siendo hoy uno de los mejores medios para el encuentro con Dios y la transformación de la propia vida. Se acomodan a cada persona, ya que suponen la atención y escucha del Espíritu en el aquí y ahora de la propia vida, siempre bajo la  guía de un acompañante que da modo y orden y tiene la función de espejo en el proceso que se vive en soledad y oración, en un ambiente de distanciamiento de todos y todo para vivir este encuentro tan especial.

El proceso de los Ejercicios, articulados en cuatro semanas o núcleos de experiencias, ayudan a que el Espíritu actúe en la propia vida, la transforme y libere de ataduras y condicionamientos que esclavizan el corazón, para que en el encuentro con Cristo, y como Él, busquemos y realicemos la voluntad de Dios en la propia vida.

Don Pedro Legaria desde muy joven practicó e hizo vida los Ejercicios con verdadera pasión.  Se dejó moldear por los Ejercicios, en ellos se experimentó profundamente amado y empujado a amar como Jesús. La vivencia profunda de los Ejercicios Espirituales consolidó su dimensión apostólica; podemos decir que los Ejercicios lo formaron como apóstol de manera plena y total; lo llevaron a orientar su vida completamente hacia la mayor gloria de Dios y la salvación de las almas.

En su vida personal y en el carisma que recibió hay una convergencia con la espiritualidad de los Ejercicios (Principio y Fundamento, El Reino, Dos banderas, …) conoció y percibió realmente la fuerza de los Ejercicios no sólo para favorecer la propia conversión, sino como medio de “regeneración cristiana y social”.

Y ve que esta fuerza de transformación personal y social se debe a que los Ejercicios ponen a la persona en contacto directo e inmediato con la Persona de Jesucristo, su vida y acción salvadora. Para D. Pedro son el mejor medio para potenciar el trabajo pastoral: “Los Ejercicios convienen a todos, y a no pocos les son necesarios, son un arma eficacísima para el progreso espiritual, para la formación de apóstoles, para la conversión y sincero arrepentimiento de muchos, para la reforma individual y social”.

 De tal manera vio la eficacia de los mismos en las personas que los practicaban que quiso fundar una Congregación religiosa que, viviendo en profundidad la espiritualidad de los Ejercicios de San Ignacio promoviera y ayudara, espiritual y materialmente a la práctica dichos Ejercicios en todas las clases sociales.

Además fundó el Apostolado Seglar de Ejercicios como “una fuerza organizada y formada en los Santos Ejercicios extendida por poblaciones y pueblos para trabajar en la difusión y reclutamiento de los Ejercicios”.

¿Para qué hacer Ejercicios Espirituales hoy en día? Muchas veces creemos que preguntas como estas tienen respuestas automáticas, es decir, lo primero que se nos ocurra y salga. Uno de los motivos por los cuales hemos de hacer Ejercicios Espirituales es para darnos cuenta sobre cómo vamos por la vida y sobre qué caminos tomamos.

Otro importante motivo es que los Ejercicios nos ayudan a buscar el sentido de nuestra vida; es tomar conciencia de esas palabras del Evangelio que le dirige san Ignacio a san Francisco Javier: “¿Pues de qué le servirá a un hombre ganar el mundo entero, si pierde su alma?” (Mt. 16, 26).

Adentrarnos en los Ejercicios Espirituales nos lleva al conocimiento interno de la persona de Jesús y de uno mismo. Este caminar en su seguimiento nos lleva a conocer cómo esta mi relación con Dios para, con Él y como Él, poder responder al fin para el que he sido creado.

Los Ejercicios nos ayudan además a alimentar nuestro espíritu, para que se mantenga fuerte; porque así como el pasear, caminar y correr son ejercicios corporales, y nos gusta tener espacios para tener fuerte nuestro cuerpo o cultivar más la inteligencia, los Ejercicios fortalecen el espíritu y cuidan nuestro interior.

¿Para qué? ¿Te has detenido a pensar qué significa ese ‘para qué’? Los Ejercicios nos ayudan a descubrir para qué estoy en este mundo, para qué hago lo que hago y para qué vivo lo que vivo.

Muchas veces andamos por la vida con respuestas de bolsillo, pero… ¿y si me atrevo a contestarlas por mí mismo? Por eso los Ejercicios siguen siendo tan actuales y siguen dando fruto, porque es un camino personal en el que no hay más respuestas que la tuya frente a Dios; te encaminan a descubrir esa respuesta en el día a día.

Los Ejercicios Espirituales ayudan porque desde el Evangelio, y desde la mano de la persona de Jesús, nos llevan a vivir más auténticamente, en libertad y transparencia con Dios, con los otros y conmigo mismo. Nos enseñan a discernir para elegir siempre lo mejor, y desde ese Magis apostar por dar el más para que Nuestro Señor Jesucristo sea conocido, amado y servido.

Es enorme nuestro deseo de acompañarte en este proceso, de guiar tu camino durante la experiencia de los Ejercicios Espirituales. Te invitamos a que descubras nuestras casas, repartidas por todo el mundo, en las que llevamos muchos años desarrollando nuestro carisma por medio de este método ignaciano; en la planificación de cada una de ellas encontrarás diferentes tandas y propuestas para que tú también puedas tener este encuentro personal con el Señor. ¡Te esperamos!