Peregrinación hacia el castillo donde nació San Francisco Javier

¡Javierada 2024 en Navarra junto a nuestros jóvenes!

Actualidad de la Congregación

Colocarnos en camino en esta Javierada 2024 bajo el lema “Los que esperan en el Señor caminan sin cansarse” (Is. 40) es una nueva oportunidad para abrir el corazón y salir al encuentro de Aquel que nos llama por nuestro nombre y nos ama. Jesús nos llama a salir a su encuentro, nos invita a conocerle y a descubrirle en cada rostro de quien nos cruzamos en el camino; podemos decir que esta fue parte de la experiencia que vivió San Francisco Javier, pues poco a poco fue descubriendo cómo la persona de Jesús le amaba y le llamaba a seguirle. Su pasión por el evangelio le llevo a recorrer kilómetros y kilómetros, que si sacamos su totalidad equivaldría a dar la vuelta al mundo dos veces. No le importó ir hasta los confines del mundo con tal de proclamar el amor de Dios, porque en Él se encuentra su amor y su esperanza.

En esta peregrinación el Señor nos convocó a más de 17.000 personas procedentes de diferentes puntos de España. Como congregación tuvimos la oportunidad de participar un grupo muy diverso compuesto por jóvenes, adultos, sacerdotes y religiosas de distintos colegios y parroquia; contamos con la compañía de los alumnos y exalumnos del colegio Cristo Rey de Madrid, los alumnos que se preparan para la confirmación del colegio Nuestra Señora de la Merced de Madrid y los jóvenes y adultos de las parroquias San Fernando, La Araucana, Virgen del Castillo, San Isidoro y San Pedro Claver.

Toda peregrinación tiene su itinerario: un punto de partida, un recorrido y un fin. Para nosotros fue colocarnos en camino con un corazón dispuesto a dejarse sorprender. Por ello, dispusimos nuestro corazón con la adoración al Santísimo, una vez llegados a la casa de Burlada el viernes por la noche. El sábado por la mañana partimos hacia Javier con el deseo de encontrarnos con ese Jesús que nos sonríe desde la cruz y que es el único que puede transformar nuestros corazones con su amor. Este Cristo que miró con ternura a San Francisco Javier nos mira cada día, pidiéndonos permiso para encender en nosotros esa llama que nos hace ser testigos de su amor y de su misericordia. Nos volvemos de Javier con un compromiso: ser reflejo de su sonrisa para los demás y entregar la vida en su servicio.

Para finalizar la peregrinación hicimos una parada especial en la casa de nuestra Madre la Virgen del Pilar, en Zaragoza; a ella consagramos nuestras vidas para que, guardados bajo su manto, nos coloque con su hijo y nos enseñe a amarle y seguirle.

La vida de San Francisco Javier nos enseña lo importante de estar dispuestos a colocarnos en camino, a estar abiertos a los desafíos y ponernos en marcha, pero no de cualquier manera, sino con sentido y bien acompañados, con un horizonte claro a donde llegar. Sus pasos no iban sin rumbo o a la deriva; estos iban confiados he impulsados por un amor que le daba sentido a su vida. Este amor es Cristo. Que la visita a la tierra de este gran santo nos impulse a ser misioneros en nuestra cotidianidad.

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Hna. Cecilia Salas

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