‘¡Llamadas a cuidarnos!’ Asamblea 2024 de España-Roma

Cuatro preciosos días de formación y encuentro

Actualidad de la Congregación

Fotografía de las hermanas que asistieron a la asamblea

El pasado 22 de enero fuimos convocadas todas las hermanas de España-Roma para participar de la asamblea anual; fueron 4 días de formación, reflexión personal y comunitaria que nos mostró la importancia que tiene el vernos no solo como personas que comparten la misión, sino como aquella comunidad de hermanas que caminamos juntas al encuentro con Jesús.

Para este año las formaciones se enfocaron en 3 dimensiones para trabajar:

Autocuidado – Cuidado Institucional – Cuidado de los más pequeños y de la gente

Las 3 dimensiones las hemos trabajado en compañía de Pedro Jesús, Enfermero Laico de los Camilos y de Basilio Álvarez C.M.F, los cuales nos brindaron herramientas para entender que el envejecer es un arte y que para ello debemos vivir a conciencia, siendo sinceras con nosotras mismas y con los demás, creando así entornos seguros y de confianza en la comunidad; el cuidarnos hace parte de ese saber envejecer, el cuidar, pero también el dejarme cuidar del otro.

El autocuidado se vive desde lo personal, descubriendo nuestras diferentes motivaciones y deseos; y, al reconocerlas, podremos comprender desde dónde nos movemos y actuamos. Tomar esta conciencia nos permitirá conocernos mejor, ser más libres y auténticas para vivir la consagración.

Las diversas actividades grupales nos permitieron escuchar la diversidad de pensamientos y experiencias; ver que, como consagradas, estamos llamadas a cuidar el Don; un Don que se nos puede escapar de la vasija, pues ante todo somos vulnerables, y el cuidado de unas con otras es fundamental. Por eso, el cuidado institucional se basa en aceptarnos y amarnos aún con nuestras “patologías de la vida comunitaria” que, en medio de la formación, generaron risa y alegría al ver nuestra realidad tan humana pero tan acompañada y sanada por Jesús.

Así, al cuidarnos cada una y al dejarnos cuidar por las otras, podremos cuidar del otro. Nuestra misión está llena de rostros, de historias, de heridas, alegrías y de fragilidades. Por eso, nosotras debemos apostar a procesos formativos que nos permitan acompañar y cuidar mejor al otro, sabiéndome relacionar e involucrar en la realidad; pero, sobre todo, ayudándole al otro a descubrirse a sí mismo y dándole herramientas para que pueda discernir, pues, aunque ellos confían en nosotras, no podemos decirles qué hacer ni mucho menos querer influir en sus decisiones. Por eso, el hilo es muy fino y debemos estar muy atentas en las 3 dimensiones para cuidar mejor las personas que se nos confían.

Sin duda, fueron días muy intensos pero llenos de fraternidad, de sorpresa. Siempre es bueno ver a las hermanas reunidas, compartir, reír y crecer juntas. Fue una semana de aprendizaje y de mucha apertura al ver un mundo que sufre y que necesita ser cuidado y amado más por la iglesia que, siendo humana, debe seguir dando pasos para brindar un verdadero cuidado de la humanidad.

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