Recién concluida la JMJ en un rincón del planeta (Lisboa-Portugal), donde el Sí presuroso de María resonaba en el corazón de medio millar de jóvenes de todo el mundo, y a los que el Papa Francisco invitaba a ser para los demás, como lo fue María para su prima Isabel: “también nosotros podemos ser, para los demás, raíces de alegría. No se trata de llevar una alegría pasajera, una alegría de momento. Se trata de llevar una alegría que cree raíces”. Palabras del Papa.
Aquí, en Venezuela, a pocos días de concluida la JMJ, las Esclavas de Cristo Rey de la Delegación Venezuela-Panamá, éramos testigos del gozo de un sí . El sí de Lismar Carolina Oca Maiz, joven venezolana de Maturín, Edo Monagas. Acompañada de sus hnas de Congregación de las diferentes comunidades de la Delegación; de su mamá, Lilia; su abuela materna Eneida; los sacerdotes de la parroquia San Ignacio, lugar donde Lismar creció y vivenció su fe, P. Javier Asarta SJ; P. Wyssenbach Jean Pierre S.J; algunos jóvenes jesuitas en formación y otras personas familias ECR.
No dejamos de agradecer al Señor que devela su Proyecto de salvación llamando a trabajar en su Mies.
Invitamos a través de la entrega de Lismar a otras jóvenes a ponerse en camino como Marìa y juntas colaboremos en este Reino de Dios donde tantas personas piden les “ayudemos intensamente”.
