La experiencia de la Jornada Mundial de la Juventud en Lisboa ha sido un momento en el que hemos de agradecer a Dios todo lo que nos permitió vivir, pero también dar a conocer.
En la JMJ tuvimos un espacio para compartir nuestro carisma, y ayudar intensamente para que Nuestro Señor Jesucristo sea conocido, amado y servido. La feria vocacional tuvo lugar en la Ciudad de la Alegría; allí estuvimos presentes en un Stand propio de las ECR, donde los jóvenes podían pasar y encontrarse con tres espacios que les ayudarían a:
(1) Preguntarse el sentido de su vida; (2) ayudas para discernir; (3) El acompañamiento.
Estos espacios se hicieron a través de preguntas con una ruleta digital, un dado, un laberinto sensorial y un juego que se llamó Twister de las Emociones; también talleres brindados por las hermanas, con el fin de dar herramientas para el discernimiento y aprender cómo encontrar a Dios desde un taller que se tituló Deporte y Espiritualidad.
Participamos del One to One, un espacio abierto por la JMJ para poder escuchar a todas las personas que necesitaban leer su experiencia de Dios, a través del acompañamiento
Sentimos que las palabras del Papa Francisco estaban en sintonía con las actividades que se ofrecieron. “Hacer preguntas es bueno; es más, a menudo es mejor que dar respuestas, porque quien pregunta permanece “inquieto”, y la inquietud es el mejor remedio para la rutina”.
Muchos de los que participaron pudieron compartir sus impresiones, rostros de alegría, preguntas que no se habían hecho, el cuestionarse; al final agradecían todo lo vivido. Nosotras también seguimos agradeciendo todo lo vivido, los momentos compartidos en comunidad creciendo en la fe, el compartir con nuestras hermanas de Venezuela Rina Finol y Suhail Echeto, así como la gran presencia de Victoria y Carmen, jóvenes que se sumaron a esta alegría de la JMJ y desde hace muchos años son parte de la familia Cristo Rey.
Además el compartir con los jóvenes del colegio Cristo Rey de Madrid, que con su gran ilusión disfrutaron de esta jornada. Se dejaron sorprender por el Dios que les ama, por la alegría de ver al Papa y por compartir con miles de jóvenes de otras naciones, lo cual hace visible la pluralidad y unidad de la Iglesia.
Sabiendo que todos fuimos convocados por Jesús, sentimos que hemos de seguir siendo testigos de lo que hemos visto y oído en esta Jornada Mundial de la Juventud Lisboa 2023.
